jueves, 5 de junio de 2014

Viaje al país de los contrastes

La entrada que leereis a continuación está escrita por mi madrina. No es por fastidiar, pero es la más mejor de todas. Aún tengo presente su cara de asombro al ver las locuras que hay por estos lares. Disfruten!

Viaje al país de los contrastes. O regreso al pasado o al futuro según como se vea.

Lo primero que te impacta nada más llegar son las mujeres vestidas de negro de los pies a la cabeza, manos incluidas. Había oído hablar, sabía  que vestían burka pero verlo…… es una sensación entre miedo, incertidumbre y sobre todo respeto, respeto por algo que no entiendo. No logro comprender como pueden llevar oculto su rostro y su cuerpo por ser exclusividad del marido poder verlo,dan ganas de sentarte al lado de una, mirarla a los ojos, hacerle miles de preguntas para encontrar una respuesta lógica a tal indumentaria. “El  progreso” les permite conducir y ya tiene mérito sin visión lateral y con lo bien” que conducen allí.
 

Sus hijos: criados por una jovencita que un día decidió dejar su país (filipinas, pakistán,etc...) para buscar un futuro mejor. Estan uniformadas como auténticas nanis de película y cuidan pacientemente a sus hijos mientras ellas van de compras o simplemente salen a pasear.

Sus maridos: hombres elegantemente vestidos con sus blancas disdashas que solo por haber nacido del sexo masculino tienen el poder y el derecho de mandar sobre ellas y sobre la vida política y social del país. 
Eso sí, ni ellos ni ellas por haber nacido en un país donde “Don Petróleo” Lo financia todo, todo, todo, trabajan. Sus manda más reparten la cuarta parte de los beneficios del oro negro con el pueblo, más o menos como aquí,  verdad? En eso van por delante nuestro.


 



La ciudad: levantada después del gran incendio de los pozos petrolíferos provocado por una absurda guerra de poder que arrasó todo, dejó construcciones pobres al lado de donde hoy se construyen elegantes rascacielos. No arreglan ni mantienen nada, dejan que lo viejo se vaya cayendo por sí solo, no se complican, para qué,  si hay dinero para hacer y hacer más.








Comidas de todo tipo y lugares, tailandés,  Paquistaní,  japonés incluido (yo no le acabo de coger el punto)  por mí se podía eliminar,  cosa que algunos que  yo se les daría un pasmo, mira que les gusta. Lo mejor fue el kebab típico de allí, ver como lo hacen,  como cocinan el pan  que luego a modo de cubierto se utiliza para comer la carne. todo servido con una sonrisa y  una complicidad con nuestros anfitriones que hacía que la velada fuera  de lo más acogedora entre el bullicio de gentes y familias alrededor de grandes mesas.
                                                                                  
Dubai: no sé cómo definir lo que allí me encontré, lo más de lo más lo quieren tener. Los mejores coches, los más lujosos, los más rápidos, lo mejor en tecnología para el automóvil como pantallas enormes que no se si son para guiarse o para  ver una peli mientras conducen, cosa que no me extrañaría viendo cómo se manejan por esas carreteras de Ala que aunque tengan dos carriles ellos los convierten en tres. Para que tener aceras si total con esos fitipaldis y el calor que hace nadie se atreve a ir por ellas. Bueno.... algún loco gallego se atrevió arriesgando su vida al cruzar, pues pasos de peatones creo que no saben lo que son.  El nombre de las dos únicas rotondas de Kuwait lo dicen todo; rotonda de la muerte y rotonda de la menos muerte. 

Dubai mall:  gigantes centros comerciales, verdaderas ciudades cubiertas a una temperatura adecuada como para tener una pista de hielo donde se juegan partidos oficiales de hockey sobre patines. Tiburones,  rayas,  peces de mil colores y otras muchas especies marinas se mezclan en el grandioso acuario que entre tienda y tienda se expone a la vista de todos. Como el esqueleto de un dinosaurio que se puede ver paseando por una de sus múltiples plantas, para que lucirlo en un museo habiendo centros comerciales. Parques de atracciones con montaña rusa incluida hacen que los más atrevidos lo pasen de miedo. Tiendas de lujo, joyerías, deportes, ropa, comida, farmacias etc...creo que cualquier cosa que quisieras comprar allí lo encontrarías solo es cuestión de tarjeta de crédito.

La entrada al edificio mas alto del mundo desde donde se puede ver lo que creo que pocos, por no decir el único país ha realizado; grandiosos rascacielos con estructuras espectaculares, islas artificiales que entre ellas forman la bola del mundo, o se asemejan a una gran palmera con sus ramificaciones,  en cada una de las cuales  casas grandiosas con playa privada, barco etc. Un enorme hotel para disfrute de una minoría supongo, pues el lujo se paga bien caro. Todo construido donde no hace tantos años solo era mar y arena. Miedo me da pensar que un día el mar y las dunas quieran volver a recuperar  su sitio........
                                                                          
La censura: curioso ver enormes tiendas con carteles publicitarios de todo tipo (ropa interior femenina  etc)  y a la hora de comprar una revista de cualquier tema la censura del rotulador nos salta a la vista, no sea que se vea algo...

La Gran Mezquita de Abu Dhabi: Sin duda lo mejor del fin de semana, espectacular, grandioso, soberbio, todo lo que diga me quedo corta de lo que allí vimos. Me sorprendió que no cobran ni por aparcar, ni por entrar, ni por alquilar la túnica negra que a las tres chicas nos obligaron a poner, (para hacernos una pequeña idea de como se pude vivir a mas de 50 grados todas tapadas), ni siquiera un puesto de venta de agua, aunque dadas las temperaturas que allí alcanzan, no vendría nada mal (bueno, creo que alguna fuente si había). Se nota que por ahora no necesitan el dinero del  turismo. Como aquí, que cobran casi hasta por respirar en cualquier lugar religioso vendiendo  estampitas y reliquias a doquier.                                                                         

Lo mejor del viaje los anfitriones, genial, todo organizado desde buscar vuelos, planificar el fin de semana en Dubai; hotel en un barrio creo que paquistaní no? como diríamos aquí muy enxebre, limpio y cómodo que para una noche no se necesita mas, aaah y con bar de chicas incluido,  eso por muy prohibido que esté no falta en ningún lugar del mundo. Sacar billetes, cambiar monedas, como hacer visado sin perderse por el aeropuerto, contratar un árabe para que te lleve al desierto con los riesgos que eso conlleva, no se estresan si hay que tardar una, dos o tres horas en llegar no pasa na... no hay prisa....y aunque a unos nos gustó mas que a otros estuvo muy bien.  Y un sin fin de cosas mas. Gracias Haydée.

Y que decir del guía particular, que tras dos años viviendo allí nos llevaba de una punta a otra del país contándonos con detalle todo sobre sus gentes, su modo de vida, su cultura, sus costumbres, disfrutamos tanto al escucharlo como ´él al contarlo, pues no le gusta a el hablar ni ná.... visitamos los sitios mas emblemáticos de la ciudad, playas, museos, puertos, mercados donde se vendía de todo desde cómic, teteras hasta vestidos de fiesta con un parking a casi 50o que hacia de improvisado probador. Y como no, los mejores sitios pa comer y degustar los mejores postres y helados del país que con espectáculo de malabares incluido nos dejaban con la boca abierta al mezclarlos y lanzarlos  a una distancia digna de función de circo. Gracias Carlos, ser muy felices y no cambiéis nunca.
 
El viajar enriquece pero en buena compañía es inolvidable!


                                                                                          











3 comentarios:

  1. deberías incluir una foto de la madrina, para que el resto del mundo y del islam sepan quien ha contado su peripecia con tanto cariño y respeto (aunque como el resto, no entendamos casi nada de esa cultura) . Buen relato, Rosa. ¡ y que rico el kebab casero del Zoco !

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  2. Me ha gustado como has contado tu experiencia por el desierto, lo que más me llama la atención son las mujeres con el burka, me cuesta pensar que no pueden tener libertad, ni derechos, ni ideas propias, ni posibilidad alguna de crecer en ningún ámbito, siempre bajo la vara de los hombres.
    Preciosa la Mezquita, tan blanquita y grande que nos hace poner los ojos como platos. Un biquiño!!

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  3. Espectacular Rosa. Una experiencia, por lo que describes, inolvidable. ¡Qué pequeño es el mundo y qué distinto es!

    Un abrazo, @adriantsn

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