lunes, 9 de junio de 2014

Bye bye Kuwait

Pues se ha acabado la aventura kuwaití. 1 año que ha dado para mucho. Sin pena, pero con cierta tristeza por dejar atrás a algunos amigos de verdad que hemos tenido la suerte de encontrarnos en nuestra aventura. 

Las dos últimas semanas han sido de locura. Una mudanza más (y ya van....) pero esta vez transoceánica, lo que aumenta las variables y las dificultades. Al final, y después del mercadillo que hemos hecho con nuestros muebles/cosas, lo que nos llevamos a España se irá vía cargo de aeropuerto a aeropuerto. Buena solución a un precio razonable. Pero si estas dos semanas han sido de locura no ha sido por las barbacoas de despedida y demás "xuntanzas" culinarias, si no por las extrañas aventuras que hemos vivido. Los que me seguís en facebook sabéis de que hablo, para los que no, os cuento:

1.- Las normas de circulación son escasas y la aceptación de las mismas nula, por lo que se dan cosas como éstas: Un par de cabras sentadas en el asiento de atrás de un coche y el dromedario con las cintas de seguridad sobre la joroba en la parte de atrás de una pick up. Si necesito transportar animales porqué no puedo hacerlo con mi coche?

2.- El otro día fuimos al banco y lo que allí vi creo que me dejó tocada de por vida. Un señor mayor, de unos 75 años entra en el banco con una maleta de las de meter en la cabina del avión. Pide sacar una cantidad de dinero y el banquero empieza a sacar fajos de billetes. Muchos fajos. Un cálculo aproximado que pude hacer mientras Carlos hacía sus gestiones es de 2 millones de euros. Como lo leéis. Que no es broma. El señor fue con su maleta a sacar 2 millones de euros en efectivo. Si os fijáis en la foto, los tacos de billetes asoman por encima de la maleta. De verdad que no daba crédito. El señor estaba sólo en el banco y pensaba irse a su casa con ese dinero en una maleta, ni seguridad, ni acompañantes, ni leches. No sé para qué alguien puede necesitar semejante cantidad de dinero en efectivo, pero no he visto ni veré tanto dinero junto.


3.- Una celebración de una comunión en el buffet japonés. Sí, unos cristianos celebrando la comida de la comunión en un japonés, vueltas que da la vida. Lo mejor, el niño con sus alitas. De verdad no sé que pretende simbolizar, pero el pobre niño iba con su diadema de brillantes y dos alitas de ángel? Si hay alguien en la sala que sepa de que va la cosa por favor que me lo explique.

4.- Un par de señales nuevas: el camino a la diversión (en la puerta de la universidad donde trabajaba) y el camino para los "guiris", algo muy español y que vimos en el aeropuerto.

Con este post no pretendo dejar de contar cosas de Kuwait (porque aún me quedan unos cuantos ases en la manga) pero si hacer una especie de resumen de mi añito en el desierto. En estos meses he pasado experiencias increíbles y algunas menos positivas, pero de todo se aprende. Mejor empezar por las negativas, para acabar con buen sabor de boca.

Todos me preguntáis cómo es eso de vivir en un país donde la mujer tiene un papel menor que secundario en la vida cotidiana. Pues a veces es complicado. Al principio lo llevaba mejor, no voy a mentir. Iba muy mentalizada de no liar ninguna cuando me dejaran de lado por ser mujer y llegué a tomármelo a risa. Situaciones como ir con Carlos, encontrarnos a algún conocido árabe y que ni me mire y me niegue el saludo se convirtieron en mi día a día. Pero estas últimas semanas mi paciencia estaba un poco al límite y lo he llevado peor. He entrado a un par de tiendas y no me han querido atender, los dependientes miraban al vacío como si no hubiese nadie. También me cortaron la línea del teléfono porque al dependiente de la tienda no le hacía gracia que le hablase una mujer, decidió no escucharme y cortarme la línea en vez de cortarme la tarjeta sim. Por cierto, borren mi número kuwaití, ya no existe. ;)  Y así muchos detalles: sentirse observarda en muchas situaciones, incluso que te desnuden con la mirada... pero o acabas acostumbrándote o te vas del país. Existe también la opción de usar una falsa sonrrisilla y cagarte en la madre que parió a alguno en perfecto español, eso siempre funciona.
La situación de la mujer y que la religión sea el centro de la vida aquí me han parecido tonterías al lado del racismo y la exclavitud a la que son sometidas muchas de las personas que vienen a Kuwait a buscarse la vida. Muchas de las actitudes que he visto consistían en tratar a seres humanos como inferiores y, en muchas ocasiones, ofrecer unas condiciones laborales de exclavitud. Y cuando digo exclavitud, es exclavitud. Aquí tu visado de trabajo puede pertenecer a una persona, quedando así atrapada y bajo amenaza de expulsión del país la nani que viene a cuidar a sus hijos, por poner sólo un ejemplo. Ha sido muy duro ver eso día a día y me ha hecho reflexionar en más de una ocasión. Además, en estos últimos días han salido varias noticias sobre cerrar mucho más el país al mundo, van a prohibir el bikini en playas y hoteles o le han quitado la custodia de sus hijos a una mujer kuwaití divorciada, que fuera de Kuwait se atrevió a ponerse un bikini por poner dos ejemplos.

Pero venir a este país me ha abierto más la mente. He aprendido a respetar, más si cabe, a otras culturas y diferentes religiones. Es algo que me llevaré donde vaya. Somos la misma especie y vivimos y vemos las cosas de forma a veces opuesta. He tenido conversaciones serias y a la vez muy divertidas con mujeres que llevan burka y no quieren cambiar su vida, con europeos que ven España como un oasis donde se vive de lujo y se trabaja poco o sobre las tremendas ventajas de casarse. He conocido gente con la que nunca en mi vida hablaría si no estuviésemos fuera de nuestro país y necesitásemos apoyo. Y me llevo amigos que espero que sean para siempre. El árabe sigue en la lista de tareas pendientes, sin ir a una academia me ha sido imposible, pero a cambio me he soltado mucho con el inglés!

Bueno, no quiero romperos la cabeza con mis sentimentalismos, el balance ha sido positivo.
Y ahora qué? Pues buena pregunta. Por lo pronto volver a Vigo a pasar el verano, disfrutar de mi padre y decidir dónde vamos. Tenemos varias opciones (en España y fuera de ella) e intentaremos elegir algún sitio chulo para que vengáis a visitarnos, prometido.



Quad por el desierto de Dubái

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